viernes, 30 de marzo de 2012

PROBLEMAS DE RODILLA


Se puede presentar dolor agudo de la rodilla a raíz de algún trauma o evento en el cual se sobre use la articulación, enfermedades infecciosas, tumorales, etc. En estos casos la causa inicial del  dolor será la lesión específica. La Osteoartrosis de rodilla consiste en el desgaste de la articulación, es el dolor crónico que puede tener inflamación de la misma. Cerca del 60% de la población mayor de 65 años la padece, se modificarán sus síntomas dependiendo de la edad, sexo, peso y actividad, alineación de la rodilla, el biotipo y los antecedentes familiares. Desgraciadamente el aumento de peso corporal incrementa también los síntomas, y el reposo los mejora por lo que la persona que lo padece disminuye su actividad.
La meta en el tratamiento es aliviar el dolor, mantener la movilidad articular, minimizar la inactividad y disminuir la progresión de la lesión. Primero hay que variar algunos aspectos en el estilo de vida, control de peso, nutrición, hábitos. Segundo,  el uso de medicamentos y fisioterapia y por último la intervención quirúrgica, desde una artroscopia hasta la sustitución de la rodilla por una prótesis.

Dolor de rodillas,  afecta a jóvenes y mayores:

El dolor de rodillas en personas mayores se debe, generalmente, a una artrosis o gonartrosis, pero también los jóvenes, incluso quienes no practican deporte alguno, están expuestos a molestias de diversa índole. Por ejemplo, el llamado síndrome fémoropatelar puede ser originado por muchas causas y es frecuente en adolescentes y mujeres jóvenes (menores de 35 años). Otros cuadros típicos que se aprecian en estas edades radican en lesiones del cartílago de la rótula o del fémur (condromalacia, osteocondritis disecante...), inestabilidad de la rótula, colocación deficiente de la misma (alta, baja, desviación externa o interna...), o pellizcamientos de la membrana sinovial. Estas lesiones se traducen en un dolor alrededor de la rótula que se agrava con el ejercicio físico, particularmente al bajar escaleras y pendientes, al estar agachados o al permanecer largos periodos de tiempo con las rodillas flexionadas (claudicación de butaca). Además, en ocasiones, puede parecer que la rodilla falla al correr o al andar, que sufre una  hinchazón (en la mayoría de los casos, la exploración física no evidencia derrame articular), o que presenta crujidos articulares.

Como se ve, la causa-efecto de las lesiones puede ser bien distinta, de ahí que diagnosticar la afección lo antes posible resulta primordial para establecer el tratamiento más adecuado. Este puede incluir ejercicios isométricos para potenciar la musculatura (en especial, el cuádriceps), estiramientos, aplicación de calor antes del ejercicio y de frío después de la actividad, así como el uso de rodilleras o de órtesis de centraje rotuliano. En general, este tipo de tratamientos garantiza la cura de esta articulación, precisándose únicamente en ocasiones excepcionales una intervención quirúrgica

No hay comentarios:

Publicar un comentario